miércoles, 13 de abril de 2022

Con mi Primo :$$


Desde que era un niño he tenido un vicio, y ese vicio son los hombres. Vicio, por imaginarme mil situaciones donde cada individuo que se cruza por mi camino, es victima de mis villanías sexuales. Siempre he sido un hombre tímido, un poco introvertido y difícil de tomar la iniciativa, así me muera de ganas por hacerlo.

Como muchos niños o jóvenes en plena pubertad, comencé viendo películas soft porn, y frotándome inocentemente mis partes mientras veía aquellos infames films donde no te muestran absolutamente nada de lo que realmente quieres ver.

Todo en mi temprana edad en relación a mi despertar sexual era; además de fantasear con lo visto en las porno, jugar con dos primos, que eran uno o dos años mayores que yo. Jugábamos a mil cosas, pero todas con un toque sexual donde yo era básicamente la mujercita de ambos. Esos fueron los momentos favoritos de mi niñez, cuando me tocaban entre los dos y se turnaban para que yo los manoseara a ellos. Recuerdo que sacaban sus tiernos penecitos y me los frotaban en mis nalguitas simulando sexo. Así fueron varios meses o años, realmente no recuerdo. Por razones de la vida nuestras familias se distanciaron y cada cual siguió su curso y mi adolescencia fue solitaria y sin ningún atisbo de sexualidad, excepto las constantes masturbaciones que me provocaba.

Pero con el tiempo todo mejoraría… Después de varios años de no tener ningún tipo de contacto físico con nadie, años de soñar despierto con mis amigos heterosexuales de la preparatoria, con los profesores y cualquier hombre en sí que me pareciera mínimamente atractivo; un día, y tras no saber nada de mis queridos primos, uno de ellos estuvo de visita en mi casa saludando de nuevo a mi familia. Su nombre es Andrés, en ese entonces ya rozaba los quince años y yo por ende, debía tener unos trece. Andrés era ahora un jovencito delgado, con acné y con sus primeros vellos faciales asomándose, ya no había rastro del niño que me manoseaba a diestra y siniestra años atrás.

Aquel día, sólo estaba mi madre conmigo, y ya que eran horas de la mañana y mi mamá aún no se había bañado, era de esperarse que ella se ausentara en cualquier momento. Y así sucedió, mi madre fue a bañarse, dejándonos a mi primo y a mí por un momento solos, con la casa a disposición de nosotros. Recuerdo sentir algo de nervios por tenerlo cerca y recordar remotamente lo que hacíamos en nuestra infancia, no se sí él habrá sentido lo mismo, pero siento que de alguna manera lo hacía porque buscó la forma de acercarse más a mí.

Recuerdo que empezamos a jugar con el perro o mascota de mi hogar, y fue entre juego y juego y cada vez más cerca el uno del otro, que él tomó la iniciativa de estirar su mano y tocar mi entrepierna por encima del pantaloncillo que llevaba puesto; fue un detonante inmediato de emoción, tuve una erección al instante y mi timidez se fue poco a poco.

Empecé con mi mano a sentir su erección, palpando por encima del pantaloncillo deportivo que Andrés vestía. Metí mi mano entre su ropa interior y sentí la textura áspera y gruesa de sus vellos púbicos, los acaricie y no dude en dejar al descubierto su miembro, el cual me moría de ganas por ver. Andrés tenía una verga de unos 13 o 14 centímetros, dignos de un jovencito de su edad, su glande era colorado  y algo grueso y sus testículos pequeños, un poco colgantes y sumamente peludos.

Empezamos a besarnos, mi primo tenía una forma de besar un poco brusca pero exquisita, me embestía con su lengua, metiéndola completamente en mi boca y luego de estar besándonos y tocándonos, Andrés se puso de rodillas, sacó mi penecito aún sin rastro de vello púbico y empezó a chuparlo lentamente. Sentir su boca babosa en mi “cosito” era una locura, luego me lamió los huevillos mientras yo lo miraba hacerlo; supongo que para mi el mundo se había detenido y nada más importaba, ni siquiera que mi mamá pudiera salir de tomar su baño y nos descubriera.

Andrés se puso de pie frente a mí, y sabía que era mi turno de hacer lo que por tanto tiempo había deseado; recuerdo que asustado y con mucha adrenalina causada por mi inexperiencia, se me hacía agua la boca y me temblaban las piernas, y fue cuando me puse de rodillas, introduje su órgano viril en mi boca, lo saboreé, deslizando mi lengua de arriba a abajo por todo el tronco de su pene y sentí el salado sabor de su lubricación una y otra vez. Fue lo más delicioso que había probado hasta ese momento en mi vida.

Ese día yo era un aprendiz de Andrés dispuesto a hacer todo lo que él me hiciera a mí. Minutos después, me empezó a lamer el ano, algo nuevo e inesperado para mí; sentí un cosquilleo genial, cada vez que subía y bajaba su lengua por todo el ojo de mi culo era una bomba de emoción que me estallaba por dentro. Así que hice lo mismo, se puso a cuatro patas, abrí sus nalgas y vi un culo bastante velludo, excitante. Nunca pensé que a un hombre le salieran pelos en el trasero y de esa manera, pero aún  así, pasé mi lengua por su culo como si estuviera lamiendo un helado, sólo que este tenía un sabor agrio, pero delicioso a la vez. Aún recuerdo esas nalgas llenas de pelos y ese ojete oscuro y estrecho el cual saboree y tanteé con la punta del dedo medio de mi mano derecha.

Mi querido primo trató de penetrarme, pero no pudo hacerlo, pues mi ano virgen estaba muy cerrado, haciendo que hasta él terminara haciéndose daño en el pene debido a la fricción del roce de la piel de su prepucio con la de mi culito, por lo que intenté penetrarlo yo a él, pero el resultado fue el mismo: el dolor de sólo tener la punta de mi verguita en su hoyo fue suficiente para que paráramos con el intento de penetración.

Para infortunio mío, fue el final de toda esa experiencia de sexo con mi primo, ya que mi madre terminó de tomar el baño; escuchamos el sonido de la puerta del lavabo abriéndose y nos dispusimos rápidamente a subir nuestros pantaloncitos. Me hubiera  encantado eyacular o verlo a él soltar su semen pero por cuestiones de tiempo no se pudo.

Han pasado algunos años de esto, a Andrés lo veo en ocasiones remotas en reuniones familiares, vive en otra ciudad, pero nunca hablamos más allá de: “Hola, ¿cómo estás?”. Quizás si algún día nos quedáramos solos de nuevo volvería a tener algo con él, pero esta vez se lo daría todo… Todo.

martes, 12 de abril de 2022

El compañerito

Hola..mi nombre es Jaime y soy de la séptima región y les quiero contar lo que el otro día me pasó en una pequeña tienda.
Resulta que fui a comprar unos zapatos y cuando entre en esa tienda veo un mino rico … y con un paquete enorme, se me hizo agua la boca de solo verlo,,, ps bueno.. resulta que cuando me pongo a mirar al vendedor …. me doy cuenta de que lo conozco..había sido mi compañero de colegio hace ya algunos años.. y guauuu yo siempre me lo comía con la mirada en las duchas.. ya cuento corto … lo salude nos abrazamos y sentí su enorme cosa en mi pierna, casi me morí.. nos dimos los teléfonos y quedamos de juntarnos esa noche en mi departamento.
Llego muy puntual ..pasó y nos sentamos con una botella de vino a conversar sobre la vida y weas raras…. hasta que me dijo que era gay ..y yo el weon mas feliz de la tierra jajajaj…. entonces luego de unas copas y otras y otras …nos bajo la calentura …. a mi como ya me traía mas caliente que la xuxa … lo empelote y empece a bajar hasta esa enorme pichula que palpitaba… de una me la comí toda y el weon quedó negro …luego se la chupe hasta los cocos … ufff que wea mas rica … esa verga era única ..a lo mejor no por el porte .. media 23 cm y gruesecita .. era porque había cumplido mi sueño de cogerme a mi compañero jaja.. después de jugar un rato nos fuimos a la cama …me tomo por la espalda me puso en 4 y me enterró toda esa cosa exquisita …. yo gemía como loco.. primero de dolor y luego era una placer único ..me lo metía muy duro y eso me calentaba mas …cogimos mucho rato …y luego me dice que donde quería que acabara y yo le dije en la boca.. wuauuuuu.. me dio toda su lefa en mi boca mmmmmm que rikoo y el obvio se comió la mía en un 69 de lujo que nos hicimos… luego de dormir un rato juntos .. me dijo estoy caliente de nuevo y volvimos a coger yo estaba listo para que me la metiera de nuevo pero el me dijo ahora quiero que me pisen a mi … mmmm me lo cogí y gemía como un barraco… un culo hermoso.. se la come como nadie … y le gusta que acaben en su culo… después de eso nos duchamos y nos acostamos juntos a dormir .. ahora cada vez que nos vemos … ps por ultimo nos hacemos una paja para no perder la costumbre jajaj eso era lo que les quería contar…

EN UN GYM DE SANTIAGO CENTRO.

Hola, este es el primer relato que escribo, es real y ocurrió durante este año.

Me llamo Alejandro y tengo 21 años, aunque me veo un poco menor (sería una especie de twink jaja). Físicamente soy de contextura delgada, mido 1,72 y a pesar de que estoy bastante conforme con mi apariencia, si me complica el hecho de tener esta edad y no engrosar mi musculatura, como la mayoría de cabros lo hacen. Por lo mismo es que decidí desde este año empezar a trabajar este asunto y me inscribí a un gimnasio muy X, que queda en el centro de Santiago. El año pasado me eché un ramo en la u por lo que tomé menos asignaturas este semestre, lo que es ideal para llevar a cabo mi plan.

Bueno, el tema es que desde enero comencé a ir a este gym del centro, que no es uno de esos de grandes cadenas sino que uno muy piola. Mi rutina consistía en ir casi todos los días durante la mañana, momento en que el gym estaba muy vacío, éramos pocas personas y casi los mismos de siempre. Pa mí esto era la raja, porque igual me daba un poco de plancha hacer ejercicios frente a weones macizos y yo muy amateur recién partiendo. Seguí así durante todo enero y parte de febrero, hasta que me fui de vacaciones y volví en marzo. Hacer ejercicios durante el verano igual me dejaba algo caliente, pero como éramos casi siempre los mismos, nunca me pasé mayores rollos allí adentro.

A principios de abril yo seguía yendo sagradamente por las mañanas, aunque un día quedé de juntarme en la u con unos compañeros para hacer un trabajo. Fui al gym de todas maneras, pero después de almorzar. Si en las mañanas había poca gente, a la hora de almuerzo estaba casi vacío, supongo que la gente no hace su rutina a esa hora. Como era de suponer también, ese día me encontré con gente que no había visto nunca.

Hacía harto calor ese día, no había pasado nada especial pero yo me sentía un tanto caliente y yo ya estaba terminando mi rutina, cuando veo pasar a un tipo que venía recién llegando y se dirigía a los camarines. Cuando pasó cerca mío me miró y sonrió (que sonrisa más perfecta ctm), yo le devolví la mirada un poco avergonzado. El tipo era un colombiano exquisito, moreno, unos 5 cms más alto que yo, con un cuerpo bien trabajado (aunque para nada un musculín) y tenía un tatuaje en el brazo. Su sonrisa me calentó harto la verdad, y como yo ya estaba terminando, me apuré en ir al camarín pa ver si podía conseguir ver un poco más a este weon.

Saqué mis cosas del casillero y me fui al camarín de hombres, que era bastante chico: dos duchas a un rincón, al lado dos bancas una frente a la otra, y en la otra mitad del camarín urinarios y lavamanos. Cuando entré, vi al colombiano sentado poniéndose su ropa deportiva y a otro tipo gordito, notoriamente incómodo en presencia de personas desconocidas, haciendo todos sus esfuerzos para salir luego de allí. Yo me senté en la banca de al frente del colombiano, dejé las cosas al lado y comencé a sacarme lentamente la polera, arreglando todo lo que iba a necesitar para la ducha: toalla, chalas, shampoo. El colombiano por su parte estaba con su celular en la mano y se quedó sentado wasapeando, solo con sus slips que eran de color crema. Conchetumare, era exquisito este weón y no podía evitar mirarlo, aunque lo intentaba disimuladamente. Me saqué mis shorts y quedé solo en boxers, emulando al amigo de al frente, también con el celular en la mano. Yo notaba que este weon se pasaba discretamente la mano por su slip, lo que más caliente me tenía. El otro tipo que estaba con nosotros en el camarín ya estaba listo, cerró su bolso y se fue.

Mierda, me quedé solo con el colombiano!!! Estaba un poco ansioso y nervioso. Nuestras miradas empezaron a cruzarse y él no dejaba de sonreír. Yo por mi parte no podía pararme aún, tenía el pene erecto y no quería hacerme notar, mientras que él cada vez de forma más desinhibida se pasaba la mano por su slip. No me hizo falta hacer nada y él se paró, con unos shorts en una mano y el teléfono en la otra, yo ya me había pasado una porno entera en mi cabeza. Decidí ponerme de pie también y quedamos muy cerca. Yo aún impactado por lo caliente de la situación, decidí sacarme los boxers, tal como si me fuese a meter a la ducha, y con la toalla en la mano intentaba esconder mi erección. De todas formas, ya presentía que mis miradas me debían haber delatado hace rato, así que aprovechando la cercanía con él, y que a pesar de todo el tiempo que llevaba allí aún no se ponía su short, decidí actuar y estirar mi mano, mirándolo a los ojos, intentando encontrar su mirada cómplice. Y así fue, él por su parte se bajó su slip y me dejó ver su pene semierecto. Conchetumare, ya no sabía que me pasaba y se lo agarré con una mano, agachándome para chupárselo, sintiendo como crecía su weá en mi boca. Era muy larga su weá, aunque de un grosor muy normal.

Que placer esta weá, nunca imaginé que en un lugar tan piola como ese gimnasio iba a vivir una de las experiencias más excitantes de mi vida.

Cuando se lo estaba chupando, él tocaba mi culito que estaba al descubierto. Yo sentía una adrenalina indescriptible, porque a pesar de que había muy poca gente en el gym, no dejaba de ser un lugar público y no sabíamos quien podía entrar. Todo pasaba muy rápido, y me paré para quedar a su altura. Este weón me agarra y me da un beso muy caliente, que solo la gente que ha besado a un centroamericano podría entender ese sabor latino-caribeño o no se como llamarlo que tienen sus besos: el más caliente que jamás me hayan dado sin duda. Yo sentía como si quisiera acabar chorros de semen en cualquier momento, de verdad estaba muy excitado y con mucha adrenalina de estar haciéndolo en un lugar público. Ambos empezamos a masturbar al otro, quedando atentos a cualquier sonido desde afuera que nos advirtiera que podría estar llegando alguien.

Todo seguía pasando muy rápido y decidí abrir la puerta de una ducha y meterme a ella. Di el agua, dejando la puerta abierta y masturbándome, mientras él hacía lo mismo desde su lado. Corté el agua y el weón se acercó a mí, me dio vuelta y empezó a comerme el culito. Toda la pasión que había sentido en la boca con su beso, se trasladó ahora a mi culo que estaba siendo atacado por un profesional. Conchetumare, el placer era inmenso, no daba más. El colombiano ahora empezó a rozarme con su pene mientras me agarraba de la cadera, mientras nos dábamos un beso en esa posición. Mientras estábamos en eso, sentimos un pequeño ruido y nos separamos inmediatamente. Yo cerré la puerta de la ducha y el colombiano se puso su ropa. Si bien no entró nadie al camarín, el amigo se vistió y salió de allí. Yo estaba a más no poder y me hice una gran paja en la ducha, atento a si volvía a entrar al camarín. Como me quedé solo, no me importó nada jadear por tan rica paja que me estaba mandando. Cuando acabé, me tiré el semen sobre mi cuerpo y luego me bañé y dejé que se fuera con el agua.

Al salir del camarín, ya más tranquilo, pasé cerca del colombiano, quien se acercó dándome la mano y diciéndome chao. Yo me sonrojé y me despedí de él, mirando como se quedaba haciendo pesas, observando lo rico que estaba.

Me lo volví a topar un par de veces, y si bien webeamos harto, ninguno fue tan rico como el de la primera vez

Con mi Primo :$$

Desde que era un niño he tenido un vicio, y ese vicio son los hombres. Vicio, por imaginarme mil situaciones donde cada individuo que se cru...